12.2.12

Pedro Pardo y la imagen
de México en el mundo


El mexicano Pedro Pardo obtuvo el tercer puesto del World Press Photo por una imagen sobre la guerra entre cárteles de la droga en Acapulco. Colaborador de La Jornada Guerrero y Afp, fue galardonado en la categoría Historias Contemporáneas” por una instantánea sobre la lucha contra el narcotráfico en México tomada para la agencia francesa.

La foto muestra parte de cinco cuerpos hallados en el interior de un taxi, ubicado junto a otro cadáver que se encuentra en el suelo y que es revisado por un equipo forense.

Felipe Calderón ha gastado muchos millones de dólares de dinero nuestro para difundir patéticas tomas de sí mismo sobre la Pirámide de la Luna, en Teotihuacán, volando en globo o chapuceando en una cueva, en The Royal Tour. Pero la imagen de México que prevalece en el mundo no es la de un político bobalicón incrustado en escenarios de agencia de viajes, sino la de un país empujado en gran medida, por la perversidad del gobierno calderonista– al infierno de la guerra y la destrucción: ni paisajes de ensueño ni grutas misteriosas ni vestigios portentosos de civilizaciones extintas, sino deudos destrozados por el dolor, masas encefálicas derramadas sobre el asfalto, cuerpos descuartizados, hedor de muerte.

“¿Y qué querían que hiciera?”, se preguntó hace unos días el todavía gobernante al tratar de justificar la guerra que emprendió. Para enfrentar y combatir a la delincuencia habría podido hacer muchas cosas, empezando por cumplir con las leyes y hacer frente a la corrupción monumental que campea en la administración pública; habría podido promover la creación de empleos dignos y bien pagados para reducir el enorme margen de reclutamiento de que goza la criminalidad; habría podido ordenar la persecución enérgica del lavado de dinero; habría podido pedir una investigación seria y confidencial de los vínculos con la delincuencia que se atribuyen a su secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna; habría podido empezar por la depuración del personal fiscal, policial y militar en los puertos, aeropuertos y aduanas; habría podido mantener las decisiones de seguridad en el ámbito de la soberanía nacional, en vez de entregárselas a Washington; habría podido combatir al crimen organizado en vez de fingir que lo enfrentaba. En fin, habría podido hacer muchas cosas sensatas, pero optó por hacer una carnicería.

El país ha reaccionado con dolor y rabia desde que se vio a dónde conducía la estrategia calderonista, y ante los reclamos, las voces del régimen han sostenido que las decenas de miles de bajas de esta guerra son causadas por criminales que “se matan entre ellos”.

La veracidad de ese aserto oficial queda perfectamente demostrada en una de las gráficas tomadas por Pedro Pardo en Acapulco:





3 comentarios:

soyfantomas dijo...

Una muñeca abandonada, otra vida truncada, una madre o hermana protegiendo a una niña. Legado sangriento.

maría de lourdes aguirre beltrán dijo...

El ejército y los marines patrullando el país, mostrando sus armas en los estacionamientos de los centros comerciales, en las plazas públicas, durante el paseo dominical"Estado de sitio, terror", y todavía hay gente que se siente tranquila al contemplar tal desgracia.

tere dijo...

Desde su posición privilegiada en que ustedes se encuentran para recavar los datos y las cifras de las victimas y muertos del crimen organizado. Sería posible saber la cantidad de muertos por droga dicción alcohklismo y la violencia que estos generan con sus familias y en las calles, como sería posible parar estos avances del crimen organizado sin la intervención del ejercito, la marina. sería triste pensar que el gobierno nos armara a todos para defendernos por nuestra cuenta y riesgo.