1.4.09

El berrinche del
hijo de la Malinche

Los gringos, muele que muele
desde hace un tiempo han estado
pues resulta que el Pelele
les resultó mal empleado:

ellos querían el crudo
a como diera lugar
mas Calderón no lo pudo
del todo privatizar.

Aunque la crisis mundial
está cada vez más fea,
es patente que Fecal
de eso no tiene ni idea.

Pueden, ante esos pecados
los gringos tener paciencia
pero están más que alarmados
con lo de la delincuencia:

Felipe se creyó chido,
salió con una bravata
y ocurre que le ha salido
el tiro por la culata:

con tanquetas y soldados
peinó todo el territorio,
y ahora los decapitados
son un asunto notorio.

Diez mil muertos ha costado
al país el chistecito
y a cambio, han aumentado
la violencia y el delito.

Prometió que acabaría
con el narco y su cartel,
mas, según se ve hoy en día,
quien está acabado es él.

“¡Ay, Felipe, no seas bruto!”,
le advertía mucha gente,
pero él se sentía astuto
y fue tras el delincuente.

Se invirtió, en toda evidencia
la vana persecución
y hoy está la delincuencia
correteando a Calderón.

Al gringo le importa un cuerno
ser cortés y comedido
y califica al gobierno
de impotente y de fallido.

Como se sintió insultado
este hijo de la Malinche,
hizo un enorme entripado
y un vergonzoso berrinche:

“Ya les ofrecí los pozos
y la industria petrolera
mas los gringos claridosos
salen con su fregadera.

“Les ofrecí cooperar
en contra del terrorismo,
pero, con tal de chingar,
ellos siguen con lo mismo”

Los gringos diciendo están
lo que todo mundo sabe:
es decir, no hay capitán
en el timón de la nave.

Pero hay que tener presente
que ellos echaron la mano
en poner de presidente
a este peloncito enano.

Dice un refrán muy mentado
de la popular sapiencia
que ya en el propio pecado
llevarán la penitencia.

En sus gestos patrioteros
que se acuerde Calderón
que los gringos lo pusieron
y no la haga de jamón.

Que alguien le dé explicaciones,
a ver si le cae el veinte
de que ellos son sus patrones
y él, nada más su sirviente.

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