11.8.07

Botellas en el mar



  • Sitios abandonados y mensajes a nadie
  • Detenciones y atropellos en Oaxaca

Impone más el pecio de un galeón que la presencia de un acorazado en funciones. La embarcación difunta inspira la serenidad del respeto, no el barullo del miedo. La ausencia otorga un poder que los ausentes transfieren a sus sitios abandonados. Las ciudades en ruinas no sólo son majestuosas porque lo fueron en vida, sino también porque han perdido a sus habitantes. Ya no sirven para alojar a nadie: ahora su función principal es recordar a los que partieron. Pero no hablo de la Acrópolis, de Babilonia, de Tiahuanaco ni de Angkor Wat, sino de cosas y sitios más recientes, como los parques de juegos mecánicos que resultaron un fracaso financiero y cuyas tripas férreas se pudren al sol, o los autocinemas que causaron furor casi mundial en los años sesenta y setenta y cuyos restos aún pueden verse a la vera de algunas autopistas, o de las estaciones de metro clausuradas que exhiben su oscuridad y su polvo cuando los vagones transitan por ellas sin detenerse, o de los bombarderos atómicos ya inofensivos y los petroleros gigantes ya inútiles que se oxidan, para consternación de los ambientalistas, en sus respectivos cementerios.

Por supuesto, la civilización actual no heredará a sus descendientes algo equivalente a Machu Picchu, Teotihuacán o Abu Simbel porque hoy en día reciclamos todo, desde las piedras hasta los cordones umbilicales, y porque la especulación inmobiliaria hace casi imposible que un despojo residencial o sacro se mantenga en su espacio por mucho tiempo antes de que le construyan encima un nuevo centro comercial. un nuevo parque de diversiones o un nuevo conjunto de multifamiliares. Miren: el 80 por ciento del acero que se utiliza en Bangladesh proviene de los barcos abandonados en el puerto de Chittagong, en donde se desguaza la mitad de los buques tanque que se desechan en el mundo, y esa actividad da empleo a 200 mil personas. Los grafitti florecen más rápido que las malas hierbas en las hidroeléctricas, las casamatas y las instalaciones de radar que quedan fuera de servicio. Por lo demás, el planeta está sediento de impresiones fuertes y más tarda un barco en naufragar en aguas poco profundas que una empresa de buceo en organizar excursiones al pecio hundido.


Cementerio de aviones militares en Arizona, visto en Google Earth


El periodo vacacional
de verano está por terminar, pero aún hay tiempo para practicar un poco de exploración urbana y emprender excursiones peculiares a sitios abandonados. Pueden encontrar algunas guías útiles en Abandonalia, Fogonazos, Sportersport, Amarcexperience, Triggur, Marcosr, Infiltration, Pandora, Abandoned Places e Itscom.

Otra cosa nostálgica son los mensajes lanzados al mar, al espacio o al ciberespacio con la esperanza de que alguien los encuentre e interprete los signos escritos en ellos. El caso más famoso es el de las cuatro sondas interestelares Pioneer y Voyager, lanzadas a los confines del sistema solar en los años setenta del siglo pasado con una carga de información básica acerca de nuestro planeta y sus habitantes, por si algún día remoto se la encuentran algunos tentáculos capaces de interesarse en otras formas de vida inteligente. La última vez que se logró establecer contacto con el primero de esos aparatos (Pioneer 10, lanzado el 3 de marzo de 1972) fue el 23 de enero de 2003, casi 30 años después de su partida. Se piensa que actualmente se encuentra a unos 15 mil millones de kilómetros de la Tierra y que viaja a una velocidad de 12 kilómetros por segundo en dirección a Aldebarán, a donde llegará, si antes no choca con una piedra o con otro aparato de origen inteligente, en un par de millones de años. Habrá que estar al tanto.

No cualquiera posee cohetes, supercomputadoras, ingenieros y plataformas de lanzamiento, y tal ves por eso una gran cantidad de personas se conforma con meter en una botella un mensaje escrito y lanzarlo al mar. Hoy se inaugura en Termoli (sur de Italia) una exposición con 80 de esas misivas imposibles, recopiladas durante dos años por el médico Roberto Regnoli en el curso de sus paseos por la playa. El País: “La colección contiene desde el saludo de turistas extranjeros en una tradicional hoja de papel hasta unos calzoncillos donde un náufrago solicita auxilio y da su número de teléfono celular, aunque avisa que le queda poca batería”.


Botella de Regnoli


La red mundial
, que es oceánica, también está llena de pecios, ahogados apacibles, trasatlánticos empresariales y mensajes en botellas. Hace varios años encontré uno, un tanto críptico, en el que un usuario desconocido preguntaba: “¿Alguien puede decirme cómo enamorar a La Enana?” Me compadecí pero no se me vino otra cosa a la mente que proponerle: “Regálale un banquito”. Nunca recibí acuse de recibo a mi sugerencia. Hace unos días La Libélula Imaginaria echó a andar un mensaje de amor a un desconocido al que vio (y que la miró) en una parada de autobús y que se parece mucho al hombre de su vida. Se le desea suerte.

A otra cosa. El martes 7 de agosto Felipe Calderón Hinojosa tuvo una jornada maratónica de encuentros con representantes de organizaciones humanitarias. Se reunió con la secretaria general de Amnistía Internacional, Irene Khan, con Florentín Meléndez, presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y con Jacob Kellenberger, titular del Comité Internacional de la Cruz Roja, y se refirió, ante los tres a su “compromiso” con los derechos humanos. En alguno de esos encuentros estuvo presente el secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, a quien persigue su fama pública de promotor de la tortura. Dos días antes, los ciudadanos españoles Laia Serra Perelló (abogada, integrante de la Comisión Civil Internacional de los Derechos Humanos), Ramón Sesén Marquina, Nuria Morelló Calafell y Ariadna Nieto Espiné, junto con el mexicano José Damián Reséndiz Saucedo, fueron detenidos sin justificación alguna en la ciudad de Oaxaca, golpeados, encapuchados y sometidos a hostigamientos sexuales por parte de elementos de la policía. Los captores robaron los documentos migratorios de los extranjeros para aducir que éstos no podían demostrar su estancia legal en el país y los remitieron al Instituto Nacional de Migración. Desde el lunes pasado permanecen detenidos en la jaula migratoria de Iztapalapa y pende sobre ellos la amenaza de la deportación. El gobierno español maltrata y expulsa a ciudadanos mexicanos por pobres, y el gobierno mexicano maltrata y expulsa a ciudadanos españoles por solidarizarse con los reprimidos y los agraviados; pero estos asuntos no perturban las gratas reuniones de Estado en las que José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe Calderón Hinojosa intercambian elogios. Señores gobernantes: nadie va a criticarlos porque le dediquen parte de su tiempo a la autogratificación, pero no es de buena educación practicarla en público, y menos poniendo en voz alta fantasías tales como la democracia, la civilidad y los derechos humanos.


Emeterio Merino Cruz permanece en el Hospital de Especialidades, donde convalece de las graves lesiones que le infligieron policías durante la represión del pasado 16 de julio contra manifestantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca.

2 comentarios:

I still haven't found what I'm looking for dijo...

Y bueno... entre las millones de botellas perdidas en la ciudad de México hay una:

http://botellaenelmardeldf.blogspot.com/

... ¿la viste? Ojalá que le des un aventón a esta pobre náufraga para que el destinatario del mensaje se entere...

Gracias...

Pedro Miguel dijo...

You still haven't found what you are looking for: Visité tu blog y cuentas con mi simpatía. Nomás que allí no se pueden poner comentarios ni enviarte correo y si el motivo de tus desvelos se da una vuelta no tendrá forma de dejar sus huellas. Por lo demás, recuerda que los destinatarios de los mensajes en botellas no tienen nombre propio: son todos y son nadie. Saludos, pues.