7.11.04

Las caras de Arafat

  • Yasser, por tranquilo y relajado 
  • La Internet palestina

EN CADA FICHA de Arafat que consulto en Internet el personaje se llama de manera diferente: Mohammed Abdel-Raouf Arafat As Qudwa al-Hussaeini, Mohammed Abd al-Rahman Abd al-Raouf Arafat o Mohammed Abdel Rauf al Qudwa al Husseini, y para enredar más las cosas, el dirigente enfermo, agonizante o fallecido, según las distintas versiones recopiladas 24 horas antes de que leas esto, dio en denominarse a sí mismo Abu Ammar. En cuanto a Yasser, tengo entendido que le decían así desde que era niño, por tranquilo y relajado.


POR SUPUESTO, EN su currículum de la página oficial de la presidencia de la Autoridad Nacional Palestina se afirma que nació en Jerusalén el 4 de agosto de 1929, pero hasta su biógrafo autorizado, Alan Hart (Arafat: a political biography, Londres, Sidgwick & Jackson, 1994), sostiene que Arafat vino al mundo en El Cairo, 20 días después de esa fecha. El dirigente palestino sería cairota, también, de acuerdo con el perfil biográfico que se consigna en el sitio de la Fundación Nobel. El joven Yasser pasó sus primeros años en El Cairo y, a la edad de cinco, tras la muerte de su madre, fue enviado a casa de un tío en Jerusalén, donde vivió hasta los nueve, cuando habría regresado a la capital egipcia. Más tarde estudió ingeniería civil en la Universidad de El Cairo (Antes Universidad Rey Fuad). Allí se vinculó a la Sociedad de Hermanos Musulmanes, o Hermandad Musulmana, y luego a la Unión de Estudiantes Palestinos. En 1956 combatió en las filas del ejército egipcio durante la crisis de Suez. Posteriormente se mudó a Kuwait, donde trabajó como ingeniero y luego como empresario contratista. Desde el emirato participó en la fundación de Al Fatah, cuyo objetivo era la fundación de un Estado palestino, y que en los teatros de combate y al paso de los años habría de convertirse en el grupo hegemónico de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), de la que Arafat fue nombrado presidente en 1969.

A PARTIR DE entonces, la vida del dirigente palestino transcurrió en un exilio armado itinerante y conflictivo (Jordania, Líbano y Túnez), en el cual los enemigos de Arafat no siempre fueron los israelíes sino, con frecuencia, otros gobernantes árabes (como el rey Hussein de Jordania, quien ordenó una matanza de palestinos en 1970) y facciones disidentes de propio bando palestino. En ese periodo se forjaron los rostros contrastados de Arafat: defensor heroico de su pueblo o terrorista despiadado, lacayo de los iraquíes (y antes, de los sirios) o sobreviviente de las intrigas y rencores de los gobernantes árabes; forjador de la paz o belicista hipócrita; padre de su patria o gobernante corrupto y sórdido, defensor de la independencia palestina o juguete de los gobernantes israelíes.

ES POSIBLE QUE Arafat haya sido todas esas cosas. El difunto Yithzak Rabin y su correligionario Shimon Peres, interlocutores del palestino en el proceso de paz de la década pasada, por ejemplo, fueron en su juventud terroristas y asesinos de civiles palestinos y de funcionarios ingleses, durante el protectorado británico en Palestina. A la larga, los tres fueron honrados (justificadamente, creo) con el Premio Nobel de la Paz.

http://encyclopedia.thefreedictionary.com/Abu%20Amar 

http://nobelprize.org/peace/laureates/1994/arafat-bio.html 

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_3961000/3961369.stm


LA PAZ DE LOS valientes, el proceso iniciado en Oslo, habría de concluir en la conformación de un “triángulo fértil” formado por Israel, Jordania y Palestina. Pero si bien las tropas israelíes se retiraron de Gaza y de algunas localidades de Cisjordania, el Estado israelí nunca depuso sus políticas de limpieza étnica y de alteración demográfica de los territorios ocupados y de la parte oriental de Jerusalén, la Al Qods palestina. Tal vez Arafat creyó sinceramente en la buena voluntad de Rabin y Peres, y es posible que ésta haya sido real. Pero, tras el asesinato del primero, la oferta de paz de Tel Aviv se redujo a entregar a los palestinos poco más de la mitad de los territorios conquistados y ocupados por Israel en la guerra de 1967, valga decir, algo así como 15 por ciento de la Palestina histórica. Además, los regímenes de Benjamin Netanyahu y Ehud Barak no quisieron hablar de la partición de Jerusalén y mucho menos del derecho al retorno de los millones de refugiados árabes que dejaron su país tras la constitución del Estado de Israel, en 1948.

AQUELLO RESULTÓ INACEPTABLE hasta para el propio Arafat, obsesionado con su propósito de presidir un Estado palestino casi al precio de lo que fuera. Con el telón de fondo de la tensión generada por el fracaso de los acuerdos de Wye River, auspiciados por Bill Clinton, Ariel Sharon paseó su organismo de criminal de guerra por la Explanada de las Mezquitas en Al Qods y esa provocación insufrible y deliberada detonó la segunda intifada. Hasta la fecha, muchos israelíes se tragan la versión propagandística de su gobierno de que Arafat estuvo siempre al mando de la revuelta palestina y de la nueva oleada de atentados terroristas. La verdad, en cambio, es que esa rebelión marcó la pérdida del control de la situación por parte de las cúpulas de Al Fatah, la OLP y el propio rais (presidente). Si éste hubiese conservado alguna capacidad de decisión, los propios israelíes se encargaron de quitársela, al confinarlo a su mukata de Ramallah y destruir las incipientes estructuras de gobierno de la ANP, sus redes de comunicación y sus canales de mando. Fue entonces que murió Arafat, políticamente hablando, por más que la fecha precisa de su muerte clínica sea aún un dato pendiente.


A PESAR DE la destrucción, una parte de los sitios oficiales palestinos logran mantenerse en pie y actualizados, lo que constituye un verdadero acto de heroísmo anónimo por sus respectivos webmasters. En la Internet palestina hay cosas tan patéticas como los mensajes de pésame supuestamente enviados por Arafat a los jerarcas de los Emiratos Árabes Unidos por la muerte del jeque Zayed bin Sultan al Nahayan, mensajes enviados nada menos que el miércoles 3, es decir, en momentos en que el rais ingresaba al área de terapia intensiva en el hospital de Clamart. Ese mismo día, a decir de su consejero Mohammed Rashid, Arafat se dio maña para hablar desde el fondo de la maraña de tubos y sondas y manifestar su “satisfacción” por la reelección de Bush, uno de los más resueltos asesinos del proceso de paz en Medio Oriente. Ambos episodios ilustran la frivolidad diplomática en que parece habitar el primer círculo del dirigente palestino.

http://www.jornada.unam.mx/2004/nov04/041104/032n2mun.php?origen=mundo.php&fly=1 

http://www.jornada.unam.mx/2004/nov04/041104/034n3mun.php?origen=mundo.php&fly=1


EN CONTRASTE CON las intensas actividades sociales exhibidas en el sitio del presidente de la ANP, la página del primer ministro falleció hace casi un año, el 12 de noviembre de 2003. Más activo, el sitio del Ministerio de Información da a conocer un reporte sobre los modales de buitre exhibidos por el gobierno de Israel y la mayor parte de la prensa de ese país ante la agonía de Arafat, modales criticados por el admirable periodista Gideon Levy, de Ha'aretz. Por lo demás, el asunto amerita que la próxima entrega de esta columna se dedique a reseñar las presencias oficiales y sociales de los palestinos en Internet.

http://www.pmo.gov.ps/ 

POR AHORA HAY que terminar y es tiempo, por tanto, de volver al principio, es decir, a la suerte del líder palestino.

EL ALCALDE JUDÍO de Jerusalén, el fundamentalista Uri Lupolianski, ha acentuado los operativos de depuración demográfica y limpieza étnica para expulsar a los palestinos de sus residencias ancestrales en Al Qods y para convertir barrios predominantemente árabes en zonas residenciales exclusivas para judíos. Las autoridades de Israel no sólo pretenden echar de Al Qods a los vivos, sino impedir que cadáveres como el de Arafat sean enterrados allí. Ya lo advirtió Sharon: el agonizante rais no podrá entrar, ni muerto, a la ciudad, y mucho menos ser enterrado en la Explanada de las Mezquitas, como lo pretende, con cierta arrogancia faraónica, el jefe de la Autoridad Nacional Palestina.

INDEPENDIENTEMENTE DE LO que le pase al líder palestino en la clínica de Clamart, en las afueras de París, Arafat, como lo resumió con maestría Robert Fisk en un artículo reproducido en estas páginas, murió hace mucho tiempo.

http://www.jornada.unam.mx/2004/oct04/041030/031a1mun.php?origen=index.html&fly=1



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