17.10.04

Meterle un calambre a Bush

  • Cómo unirse a la campaña
  • A falta de votos, cartas a nuestros amigos del otro lado

LA CAPACIDAD DEL gobierno estadunidense de intervenir en asuntos de otros países es tan vasta, aplastante y polifacética, que se ha vuelto lugar común el que toda la humanidad debiera tener derecho a participar en la política interna del país vecino, en cuyas contiendas se pone en juego la manera en que llegarán los embajadores o los marines a tu casa a pedirte que abras el sector público de la economía a la inversión extranjera, los modales con que el Departamento de Comercio te solicitará que pongas de cabeza tu agricultura, así como los términos en que tarde o temprano te plantearán la disyuntiva: o quitas a tus gobernantes por las buenas o tu población participa, en calidad de objetivo, en el test de inteligencia que se aplica a los modelos recientes de misiles y bombas.

POR SUPUESTO, LA institucionalidad del país vecino no está nada dispuesta a permitir que el resto de la humanidad sufrague en los comicios locales. Si hace cuatro años Florida les negó el derecho al voto a decenas de miles de estadunidenses negros, a ver cuándo nos lo conceden a los que tenemos pasaportes de otros países. Así las cosas, los intentos de influir en la política estadunidense desde el exterior se vuelven obligadamente retorcidos: los fundamentalistas islámicos estrellan aviones llenos de gente contra edificios neoyorquinos; en contraste con esa resolución homicida, los latinoamericanos, menos truculentos y rencorosos, adoptamos una postura más bien contemplativa y preferimos sentarnos a esperar a que el incierto vuelco demográfico que podrían producir los hijos o los nietos de nuestros hermanos que emigran al norte del río Bravo se traduzca en un cambio en la correlación de fuerzas políticas en Estados Unidos y que ese cambio genere, a su vez, una actitud nacional menos arrogante y abusiva hacia el resto de las naciones.


http://www.miami.com/mld/elnuevo/news/opinion/9715191.htm

http://www.ciberoamerica.com/imprime/imprime.cgi?nota=/articulos/notas/fuentes.txt

http://www.guardian.co.uk/uselections2004/story/0,13918,1326033,00.html

UN OBSTÁCULO ADICIONAL para que los extranjeros influyan en la política estadunidense es el escrúpulo natural ante cualquier acción intervencionista. A diferencia del grueso de los gringos, que crecieron con la idea de que su gobierno tiene el derecho (humano o divino) de hacer lo que le dé la gana en el resto del planeta y que su Constitución es válida en todo el mundo, los ciudadanos de otros países solemos otorgar un valor moral importante al respeto a los asuntos internos de otras naciones. Pero esa consideración tiene un límite, porque todo Estado que se erige en imperio acaba haciendo pedazos, más temprano que tarde, su propia soberanía, en forma parecida al Amo que, decía Hegel, abdica a su humanidad a favor del esclavo: Roma sometió a los pueblos semitas de Palestina y terminó avasallada por las creencias de una secta judía; el imperio ruso conquistó los pueblos del Cáucaso y unos siglos después un georgiano se hizo con el poder en Moscú y mandó al otro mundo a millones de rusos --y de polacos, ucranianos, uzbekos, kazakos, armenios, letones y lituanos, más otros--; hasta la fecha, parte de los “asuntos internos” de Rusia se dirimen en las montañas chechenas. Las antiguas metrópolis europeas, por su parte, están siendo colonizadas por sus ex colonias.

EN 1976 JAMES Carter fue víctima de los odios contra Estados Unidos que sembraron sus predecesores en Irán. En los años 80 Washington patrocinó a los combatientes islámicos que se oponían a la presencia soviética en Afganistán, lanzó cruentos ataques aéreos sobre Libia, bombardeó sin piedad las montañas del Shuf, en Líbano, aprobó con una mano la “acción preventiva” de Tel Aviv contra el reactor nuclear de Osirak mientras que con la otra le daba a Saddam Hussein amistad, dinero y armas (convencionales y químicas) para que las usara contra Teherán y los kurdos, respaldó bajo la mesa las acciones terroristas del gobierno de Pakistán contra la India y a principios de los 90, y con el pretexto de liberar Kuwait, descoyuntó a miles y miles de iraquíes inocentes. George W. Bush no conoce la historia, ni siquiera la historia inmediata de su país en tiempos de su papá, y tal vez por eso al día siguiente de los atentados del 11 de septiembre de 2001 se preguntó, con acento seráfico (y puede ser que hasta con sinceridad) “¿por qué nos odian?” Acto seguido, hizo todo lo que estaba a su alcance para consolidar y multiplicar los odios contra el gobierno estadunidense en los cinco continentes. Diversos sondeos reflejan la percepción internacional de que Bush es el peor presidente gringo posible, pero hay una gran distancia entre ese sentir mundial y las acciones para respaldar a los estadunidenses maravillosos que se empeñan en echarlo de la presidencia.

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/2004/estados_unidos/newsid_3640000/3640544.stm

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_3713000/3713580.stm


¿CÓMO HACERLO? ¿Cómo traducir el 5 por ciento de popularidad de Bush en España en una desventaja electoral real en Estados Unidos? The Guardian menciona una forma en la que los no estadunidenses pueden hacer campaña de cara a los comicios de noviembre: escribir cartas a votantes del país vecino, exponerles la preocupación ante la catástrofe mundial que sería la reelección de su actual presidente y pedirles que voten contra él en las elecciones del mes entrante. Consultado por este columnista, el analista internacional Peter E. Nanukowsky señaló, sin embargo, que la recepción de misivas de desconocidos extranjeros que incitan a votar contra Bush podría ser contraproducente en el ánimo de muchos estadunidenses, y recordó que “uno de los ataques de Bush contra su adversario demócrata ha consistido en atribuirle actitudes internacionalistas y en insistir que Kerry pretende darles voz y veto a los europeos en asuntos de seguridad interna de Estados Unidos”.

HAY OTRAS POSIBILIDADES de influir en los comicios. La organización Tell an american to vote (Dile a un estadunidense que vote) menciona que hay más de 7 millones de ciudadanos de la Unión Americana que viven fuera de su país, y contrasta esa cifra con los 537 votos que marcaron la diferencia (según los fraudulentos resultados oficiales) en Florida entre demócratas y republicanos y que abrió a Bush las puertas de la Casa Blanca. Tanto esa como Overseas vote (Voto de ultramar), partidaria de los demócratas, piden que los estadunidenses que viven en el extranjero sean exhortados a ir a votar.

https://www.youtube.com/watch?v=zC0i17OGCmk

http://www.overseasvote.com/

LA GENTE DE México y América Latina tiene una buena posición para incidir de alguna manera en la elección próxima, porque cuenta con parientes y amigos emigrados que han conseguido la ciudadanía estadunidense. Este es el momento. Si lo piensas con atención, descubrirás que muy posiblemente haya en tu entorno al menos una persona con derecho a votar en Estados Unidos y que posiblemente puedas influir en el sentido de su sufragio. Por lo que más quieras, por ti, por tus padres vivos o por la memoria de sus padres muertos, por la paz para tus hijos, por amor a tu pareja, por simpatía a tus amigos, por compasión a todos los humanos (incluidos, por supuesto, los estadunidenses), por sentido de supervivencia y hasta por buen gusto, no dejes pasar la oportunidad y manda todas las súplicas que puedas a todos los votantes estadunidenses que conozcas para que echen del puesto de mando de la superpotencia a un tipo tan inepto, ignorante, despiadado y peligroso como George W. Bush. Haz acopio de toda tu capacidad de persuasión y dirígete a tu destinatario con afecto y respeto; menciónale el centenar de soldados de origen latinoamericano muertos en Irak y señálale que sus hijos, sus hermanos o él mismo pueden aparecer un día en la lista de bajas; coméntale que, así como invadió Irak para hacerse con el control del crudo de ese país, la mafia petrolera que domina la Casa Blanca podría considerar conveniente para sus negocios un ataque a Venezuela, a México, a Ecuador o a Perú; nárrale la destrucción del barrio panameño de El Chorrillo, en donde, cuatro días antes de la nochebuena de 1989, el padre del actual presidente de Estados Unidos probó el poder de destrucción de los aviones F-117, “invisibles” al radar, sobre casas de techo de zinc y estructura de madera; recuérdale que Bush, cuando fue gobernador de Texas, y con tal de quedar bien ante sus votantes conservadores, mandaba a la cámara de ejecución a mexicanos que no gozaron de juicios justos ni de las debidas garantías legales. Estoy seguro de que tú encontrarás muchos más argumentos que los referidos para pedir a tus familiares y amigos del otro lado del río Bravo que contribuyan a sacar de la Casa Blanca al mamarracho sanguinario que duerme en ella.

http://www.jornada.unam.mx/1999/dic99/991221/panama.html

http://www.cidh.org/annualrep/93span/cap.iii.estadosunidos10.573.htm

http://panamared-2002.americas.tripod.com/articulos/id10.html

Más links contra Bush en:

http://www.communityzero.com/nave


Ilustraciones tomadas de http://www.bushspeaks.com/


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