1.8.04

De la Tierra a la Luna

  • ¿Adónde irán ahora los poetas? 
  • Próceres de la paranoia
  • ¿Por qué perdieron los soviéticos?


SI YA VIENEN de regreso de las definiciones de Historia que ofrecen los paradigmas clásicos, les propongo una muy práctica y superficial que lo saca a uno del paso en las colas de la Tesorería: historia es la conversión de la modernidad en, gulp, narraciones de abuelitos. El mío se quedó patidifuso cuando vio en alguna tele llena de bulbos calientes la caminata lunar de Neil Armstrong y Buzz Aldrin, y cuando se le pasó la impresión se sentó a escribir un poemario al que llamó Clave de Luna y que empezaba, si mal no recuerdo, con una pregunta quejumbrosa y muy contenida en sus 11 sílabas, como debe ser: “¿Adónde irán ahora los poetas?” Hace una semana hablé del 35 aniversario del viaje a la Luna y eso generó algunos comentarios. Rigoberto González Piña preguntó por la posibilidad de que el alunizaje hubiese sido un montaje fotográfico/televisivo. Mauricio Ayala Zertuche aventuró otra idea: “el alunizaje no fue falso, la transmisión por televisión sí lo fue”. El lector refiere que, en 1969, “el videotape era algo incipiente”, “la transmisión en vivo a grandes distancias era algo nuevo y de reciente aparición” y “las cámaras de aquel entonces eran enormes y pesadas”.

http://www.parkes.atnf.csiro.au/apollo11/tv_broadcasts.html

EN LOS SITIOS de arriba hay abundantes y detalladas explicaciones sobre las técnicas de video y de transmisión de imágenes de las misiones lunares y creo que Mauricio encontrará allí elementos suficientes para despejar sus dudas. Pero la sospecha de la falsificación en todo o en partes persigue hasta la fecha al programa Apolo. Dicen quienes dudan que en aquellos tiempos no había la tecnología requerida para enviar humanos al satélite pero sí la necesaria para fabricar material televisivo y fotográfico con efectos especiales. En cierta forma, la teoría de la conspiración era, por aquel entonces (cuando no existía el programa Photoshop), de orden epistemológico: ¿por qué creer que las borrosas y deficientes tomas difundidas por la NASA eran un reflejo de la realidad, y asumir en cambio que las espléndidas y nítidas panorámicas lunares de 2001, una Odisea espacial, la película de Stanley Kubrick que se había estrenado un año antes, correspondían al reino del artificio?

HASTA LA FECHA, muchos miles de personas siguen convencidas de que el alunizaje nunca tuvo lugar. Si en su momento se echaba mano del argumento absurdo de la falta de observadores independientes (Chucha: por favor tomas el micro, te bajas en el Mar de la Tranquilidad, y luego regresas y me dices cómo iban vestidos Neil y Buzz), hoy los incrédulos han hallado un espléndido argumento a posteriori: “A ver, si hace 35 años eran tan picudos, ¿por qué con todos los adelantos tecnológicos acumulados de entonces a la fecha no han podido repetir la hazaña?” Tesis central: “La NASA fue creada para hacer creíble el viaje interestelar. Cada misión del programa Apolo fue cuidadosamente ensayada y luego filmada en el sito secreto de pruebas de la Comisión de Energía Atómica en el desierto de Nevada y en un escenario protegido y resguardado en los Estudios Walt Disney, en el que se construyó una gran maqueta de la Luna”.

Escena imaginaria del “montaje”

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_2418000/2418451.stm 
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_2427000/2427225.stm
http://www.hq.nasa.gov/office/pao/History/ap11ann/introduction.htm
http://www.apolloarchive.com/

UNO DE LOS padres de la teoría de la falsificación es Bill Kaysing, antiguo empleado de Rocketdyne, la primera empresa que fabricó motores-cohete en Estados Unidos, la misma que produjo los F-1 que impulsaron al Saturno V empleado, a su vez, en las misiones lunares. Con esa supuesta prenda de legitimidad, Kaysing escribió un libro titulado We never went to the Moon (Nunca fuimos a la Luna), en el que se plantean las principales líneas argumentales, reproducidas después hasta la náusea, de la hipótesis del montaje. Otros próceres de la paranoia son Marcus Allen, Ralph Rene, David Percy y Mary Bennet.

http://www.ufoplaza.nl/modules.php?name=News&file=article&sid=272 
http://unmuseum.mus.pa.us/moonhoax.htm
http://www.thekeyboard.org.uk/Bill%20Kaysing.htm
http://www.ufos-aliens.co.uk/cosmicapollo.html
http://www.clavius.org/kaysing.html

EN INTERNET HAY cerros, mares y galaxias de páginas que medran con esa y otras leyendas. Y por cada sitio dedicado a demostrar que el viaje a la Luna fue un fraude, hay otro consagrado a validar la información de la NASA. Ahí les van, en relativo desorden, otros sitios que reproducen la polémica o que aportan información relevante sobre el tema:

http://images.jsc.nasa.gov 
http://www.globalsecurity.org/org/news/2001/010808-moon.htm
http://www.esa.int
http://english.pravda.ru/science/19/94/377/9994_moon.html
http://www.russianspaceweb.com
 

CADA NAVEGANTE hará su propio juicio. En el de este columnista, el programa Apolo fue, en efecto, un enorme engaño y una monstruosa impostura, pero en un sentido distinto: no es que se hubiese falsificado la llegada a la superficie de la Luna de una docena de astronautas, sino que todo el operativo --que costó 25 mil millones de dólares de aquel entonces-- se disfrazó como una magna empresa científica cuando era, principalmente, una maniobra política y propagandística. Si se hubiese preguntado a los astrónomos, geólogos y geofísicos qué hacer con ese dinero, lo último que se les hubiera ocurrido habría sido un viaje tripulado al satélite. A la postre, los soviéticos, con el uso de sondas no tripuladas mucho menos onerosas que los vehículos estadunidenses, trajeron a la Tierra muestras de la superficie lunar. Pero lo que empezó como un desafío tecnológico en el Año Geofísico Internacional (julio de 1957 a diciembre de 1958) se convirtió muy pronto en un reto bipolar de orden geopolítico e ideológico y en un duelo en el que cada superpotencia trataba de demostrar, en medio de un pronunciado olor a testosterona, que poseía el misil más grande, poderoso y tieso. De hecho, la carrera espacial se realizó en las puntas de unos cilindros balísticos originalmente diseñados para convertir en cenizas radioactivas los principales centros de población del enemigo.

El módulo soviético de alunizaje que nunca abandonó la Tierra

EN RETROSPECTIVA, FUE una suerte que aquellos pitos monumentales fueran dirigidos al espacio en plan de competencia, y no enviados en son de guerra a los territorios de Estados Unidos y la Unión Soviética. La URSS perdió la vencida porque tenía menos dinero (10 mil millones de dólares), porque en 1966 se murió Serguei Pavlovich Korolev, líder principalísimo e irremplazable del programa espacial y porque los cohetes N-1, que debían desempeñar en las misiones lunares soviéticas un papel equivalente al de los Saturno V en las estadunidenses, no pudieron o no quisieron elevarse.

http://english.pravda.ru/main/2002/12/03/40312.html 
http://www.historyshots.com/space/backstory.cfm
http://www.space.com/news/spacehistory/mishin_obit_011010.html
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_2249000/2249848.stm

EL ÚLTIMO DE ESTOS vínculos lleva a un reportaje de la BBC sobre los inminentes planes comerciales para nuestro satélite y que se titula “La Luna ya no es más de los poetas”, curiosamente, en el mismo formato endecasílabo que usaba mi abuelo en su librillo que terminaba (¿tuvo en mente a Luciano de Samosata, a Cyrano de Bergerac, a Jules Verne, a Arthur C. Clark?) con una conclusión (en 11 sílabas) llena de desprecio a la vulgaridad competitiva de las superpotencias: “Siempre llegan primero los poetas”.

ROSA MARÍA DUEÑAS se sorprendió, con toda la razón del mundo, al encontrar el inmundo barbarismo “pietaje” que usé en la Navegación del jueves. El American Heritage propone, como traducción a “footage”, el castizo y razonable “metraje”. Por su parte, Humberto Zamora Ruiz me reprochó el uso equívoco del término “vendimia”. En estricto sentido Humberto está en lo correcto, pero ofrezco dos consideraciones al respecto: 1) en el habla coloquial mexicana de postrimerías del siglo XX y albores del XXI usábase tal palabra no en su sentido original (“cosecha de la uva”) sino en figurado de bazar, tianguis o intensa actividad de mercaderes; 2) la tercera acepción propuesta por El Buscón de la Academia para vendimia es, curiosamente, “provecho o fruto abundante que se saca de algo”, que es precisamente el propósito de cualquier frenesí comercial que vulgar y bajamente llamamos vendimia. Por último, mi amable y esclarecedor adversario argumental Roberto Solot me envió dos referencias críticas a la más reciente película de Moore. La primera, una nota de la BBC, refiere que a algunos críticos polacos la película les recuerda la propaganda totalitaria. La segunda es un texto de Dave Kopel titulado 59 mentiras en Fahrenheit 9/11.

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