4.11.03

Cuento de hadas


Dice El Mundo en su edición del domingo: “Desde que la Casa Real anunciara ayer el compromiso del Príncipe Felipe con la periodista Letizia Ortiz, las reacciones y muestras de apoyo se han sucedido. Todas las fuerzas políticas han expresado su felicitación a la pareja, los editoriales de la prensa del país han subrayado el acierto de la elección del Heredero y la sociedad española también se ha manifestado en su mayoría a favor del enlace de Don Felipe”. La noticia ocupó también las primeras planas de El País, La Vanguardia, La Razón, ABC y El Periódico, además, por supuesto, de la del diario asturiano La Nueva España, donde la protagonista de esta historia hizo sus pininos periodísticos.

En su memorial de la guerra civil española Hombres en guerra, Alvah Bessie, integrante de la Brigada Lincoln, consignó algunos ataques de la aviación fascista ocurridos a mediados de 1938: “En Granollers mataron a 300 personas, entre mujeres, niños y ancianos; en Alicante hicieron volar en pedazos sangrantes a 250 e hirieron a 300 más. En Roma, el Papa deploró nuevamente el bombardeo de poblaciones civiles; pero demostraba ingenuidad: los civiles, en nuestra época, son objetivos militares”.

Con masacres como ésas, con papas como ésos y con la ayuda de Hitler y Mussolini, Franco destruyó la república, impuso su larga dictadura, dejó bien pegado en el trono a Juan Carlos I de Borbón --legitimado en su momento como jefe del Estado español por todas las fuerzas políticas-- y ahora, felizmente, el vástago del soberano anuncia su enlace matrimonial con una plebeya ilustrada que algún día llevará la digna representación de la sociedad civil en el Palacio de La Zarzuela. La vida monárquica y sus episodios rosas actúan como caramelo seductor que no sólo anestesia los malos recuerdos, sino también alivia las noticias infortunadas, los escándalos de corrupción, las traiciones políticas, los indicadores económicos desfavorables, las inquietudes separatistas, las derrotas anunciadas en las guerras contra el terrorismo, los informes sobre cuerpos de inmigrantes reventados por el sol en playas mediterráneas. Hoy, todos los medios informativos de la península esperan, babeantes y arrobados, a que el príncipe acuda a pedir formalmente la mano de la periodista.

Sería injusto desconocer que este cuento de hadas está aderezado con una abundante salsa de modernidad: a fin de cuentas, como recuerda la avalancha noticiosa de menudencias nupciales, la novia trabajó en las coberturas de los atentados del 11 de septiembre, la más reciente guerra contra Irak y el naufragio del Prestige, que llenó de chapopote las costas gallegas; el novio, por su parte, se dejó fotografiar en un barco de guerra español --anclado, como es razonable, a prudente distancia de los combates-- durante la guerra de 1991 en el golfo Pérsico y hace poco más de un año posó cautelosamente sus patas reales en Bosnia-Herzegovina “para conocer sobre el terreno la labor de pacificación”. Además, Felipe Juan Pablo Alfonso de la Santísima Trinidad y de Todos los Santos de Borbón, príncipe de Asturias, de Gerona y de Viana, duque de Montblanc, conde de Cervera y señor de Balaguer, contra lo que su nombre indica, es un hombre moderno, licenciado en derecho por la Autónoma de Madrid y con un master en Georgetown.

No hay nada de vergonzante y ni siquiera de frívolo, pues, en el epitalamio mediático con que hoy se emborracha España: “Antes de hacer oficial el compromiso, el Rey comunicó la noticia personalmente a la presidenta del Congreso, al presidente del gobierno y a los líderes de PP y PSOE. Inmediatamente, se sucedieron las felicitaciones.

“El secretario general del PP, Mariano Rajoy, envió un telegrama a don Felipe para transmitirle su 'más sincera y cordial felicitación' por el compromiso. El PSOE expresó a los prometidos sus 'mejores deseos tanto en lo personal como en las altas responsabilidades que asumirán en el futuro'. Lo mismo hizo IU, que como 'organización de carácter republicano y al mismo tiempo respetuosa con lo prefijado en nuestra Constitución' quiso transmitir sus 'respetos y felicitación a la pareja'.”

Franco le ganó la guerra a la república. Muchos años después, la revista Hola demostró que tiene un proyecto periodístico infinitamente más coherente, realista y sólido que el de El País. Me pregunto si en algún lugar quedaron consignados los nombres de los 550 españoles que la aviación fascista descuartizó en Granollers y en Alicante en el verano de 1938. 65 años ya. Qué rápido se pasa el tiempo. Un parpadeo, y estaremos en el bautizo de los nietos del príncipe Felipe.

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